"Mis memorias" por el duque de Roca Negras

Son reales, absolutamente reales estas memorias del duque de Roca Negras. Data el libro de 1924, y se imprimieron 8000 ejemplares. Los errores de escritura, son del original.

septiembre 30, 2005

II


El Río Revelador – El fuego del misticismo.

Por sobre de los árboles el cielo, debajo de los árboles, el río, - La Toma – y yo, tal era el paisaje.
Me encantaba en las horas calurosas, sentir el cosquilleo refrescante de las aguas y me sumergía en ellas, como mitológica náyade – porque yo se nadar -. Luego divertíame como los demás rapaces, zapitoliponeando, juego en el que destacábame por sobre los demás. Un día, fatigado, mientras descansaba sobre una piedra que a manera de isla encontrábase en medio del riachuelo, me alarmé grandemente al contemplar en el fondo del agua la figura de Narciso que ya había conocido en una estampa vieja. Cual no sería mi asombro, al darme cuenta que aquel cuerpo perfecto, era mi cuerpo mismo reflejado en las aguas. El secreto del río tubóme de tal manera, que no sabía si llorar o reir. Por mi mente desfilaron bellos y majestuosos mis antepasados: Jove, Venús, Neptuno, Soroastro, Nabucodonosor, Sardanápolo, Fausto, Aída, Amnéris y la pobre Lucía. Fuíme a casa absorto. Fue entonces cuando aprecié el valor de las palabras de la vieja hechicera y me deslumbró grandemente mi destino. Pero ya el fuego del misticismo apoderábase de mí, y apesar de la lucha entablada, entre el brillo del mundo y la soledad del templo, la Fé arraigada fuertemente en mi corazón, esa fé que no me ha abandonado nunca, y a la cual le debo mi virtud y todo lo que soy, triunfó en ese combate, y me entregué al señor - ¡ay! sólo por una etapa de mi vida - Luego me convencí que mi misión era otra, y volví al mundo.